Talidomida, injusticia desde 1968
“La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo” -decía Platón- y me parece más que oportuno comenzar así este texto, porque su fin es acercar al lector a la tragedia de las víctimas de la Talidomida y analizar como la injusticia comenzó el 27 de mayo de 1968 en Alsdorf.
Este tema fue el objeto del trabajo que expuse en la fase final del II Certamen de Derecho Internacional Privado Millennium 2014. Para la realización del trabajo consulté a ambas partes, por una parte contacté con AVITE, dónde tuve la suerte de hablar con Rafael Basterrechea que me aportó datos, me puso en contacto con víctimas de otros países etc. , y con el doctor Clauss Knapp que respondió a mis dudas y cuestiones con una encomiable paciencia; por otra parte contacté con Grünenthal, pues no quería dar una visión sesgada del asunto. Debo decir que ambas partes fueran exquisitas en el trato hacia mí, mis dudas y mis consideraciones. Además, no puedo pasar por el alto la labor de la catedrática Patricia Faraldo, por traducir los documentos en alemán al español.
La historia de la Talidomida comienza por su aparición en el mercado de los fármacos. Fue la compañía farmacéutica alemana Grünenthal la que sintetizó en 1953 la molécula de la Talidomida, y en 1957 comenzaría su distribución en más de una cuarentena de países bajo diferentes nombres comerciales.

Fuente: Paperblog
En España, como en otros países, la Talidomida se distribuyó bajo la indicación de fármaco antiemético (contra las náuseas y los vómitos) durante el embarazo. Se prohibió su comercialización en mayo de 1962 y en España se retiró en 1963.
Me parece un hecho destacable y diferencial que en los Estados Unidos de América la agencia regulatoria correspondiente prohibió la distribución por la fuerte oposición de, entre otros, la doctora Frances Oldham Kelsey, que pidió más pruebas antes de que se autorizara el fármaco.
Tras los indicios de los efectos teratógenos de la Talidomida, fue el grupo dirigido por el doctor Claus Knapp el que, de forma ardua y rudimentaria, investigó caso por caso hasta hallar el vínculo entre la ingesta de la Talidomida y los nacimientos con malformaciones. Los efectos de la Talidomida dejaron huella en un alto número de afectados en múltiples países. En la mayor parte de los mismos se adoptaron en su momento diversas soluciones como creaciones de fondos, pensiones vitalicias etc., para paliar o intentar menguar los efectos negativos inducidos por el fármaco.
En 1968 se iniciaron procesos legales contra nueve investigadores y ejecutivos de Grünenthal. Esta causa penal se cursa contra el fabricante Hermann Wirtz, el médico Heiz Wolfgang Kelling y el colaborador científico Gotthold Eric Werner. Este juicio ante el Juzgado de Primera Instancia del Tribunal Regional de Aquisgrán, se prolongó durante dos años y medio.
Se hace especial hincapié en la variación de información del prospecto de noviembre de 1960 y el de de marzo de 1961. Se analiza su efecto teratógeno así como la polineuritis, y los científicos Herker, Kuschinky y Lendle afirman que la estructura química de la Talidomida no permitiría extraer conclusiones que pudiesen fundamentar científicamente los resultados obtenidos. En la misma línea se analizan los resultados generados en experimento animal con diferentes tipos de ratones y conejos. Tras este análisis, se concluye que se tiene en cuenta la época en la que transcurrieron los hechos, es decir, diez años antes, cuando la industria farmacéutica no estaba tan avanzada. Por esto la Sala considera que la culpa de cada imputado en particular es en general insignificante. Se alude a la falta de presión de las autoridades sanitarias por falta de legislación (página 67 Auto).
Se hace mención al conflicto de intereses disculpando a los involucrados al hallarse según la Sala en situación nada fácil “La situación personal de los imputados dificultaba todavía más hacer frente a una situación nada fácil. A mayores de las dificultades ya reseñadas, se encontraban en un conflicto de intereses inevitable, asumido por el Ordenamiento jurídico, entre el mandato de exactitud científica y la responsabilidad médica, por un lado, y la legitima y económicamente necesaria obtención de ganancias, por otro, y se vieron obstaculizados por las especiales relaciones internas en la empresa Chemie-Grunenthal”.
En este caso al tribunal no sólo se olvidó mencionar la ética sino que disculpa la conducta alegando intereses económicos. Las reclamaciones de daños y perjuicios de los niños malformados se han satisfecho más rápidamente y probablemente mejor sobre la base de la obligación jurídicamente vinculante y en parte ya cumplida de la empresa Chemie-Grunenthal al pago de 110 millones de marcos incluyendo intereses, de lo que sería posible en un proceso civil. Para los adultos con lesiones del sistema nervioso la empresa ofrece en total 4 millones de marcos. Además, los afectados reciben con este auto una cierta satisfacción. La absoluta mayoría de los afectados partes en este proceso como querellantes no se ha opuesto al archivo. Muchos de ellos han declarado expresamente, a través de sus representantes, que no sienten ira ni deseos de venganza, una actitud que a la vista del grave padecimiento que les afecta merece un alto grado de reconocimiento.
El auto concluye manifestando que no se ha probado conducta dolosa pero sí imprudente en lo que se refiere a la expectativa que se tiene de un productor diligente (pág. 34). El auto desarrolla y teoriza sobre diversos conceptos, responsabilidad de las conductas, la culpa, la conexidad, utilización en la publicidad caracterizado como “muy inocuo”, etc.
Después 283 días de audiencia, la causa penal fue archivada con el consentimiento del fiscal general de Alemania Occidental en 1970.
En 1972 se crea la fundación pública Fundación Ayuda para niños con discapacidad, que en 2005 pasará a llamarse Fundación Contergan.

Fuente: UCLM
Regresamos a España, año 2004, en el que se inscribe en el Registro de las Asociaciones AVITE, Asociación de Víctimas de la Talidomida en España para dar visibilidad a este colectivo y hacer valer sus derechos; cinco años más tarde, en 2009, se promulga la Ley 26/2009 de 24 de diciembre que en su disposición quincuagésima séptima recoge el apartado “Indemnización a las personas afectadas por la Talidomida en España durante el periodo 1960-1965”. A tal efecto se acredita para la valoración de la indemnización al Instituto Carlos III.
El 20 de junio de 2011, José Riquelme, Presidente de AVITE, demanda a la Farmacéutica Grünenthal y UCB Pharma. La demanda de AVITE dará lugar a la sentencia de 19 de noviembre de 2013 que devuelve la esperanza a las víctimas, pues se condena a Grünenthal a indemnizar a cada uno de los miembros de la lista aportada por AVITE en el proceso a de ellos con 20.000 euros por cada punto porcentual de minusvalía que les haya reconocido la Administración española más intereses legales desde la interposición de la demanda.
Grünenthal recurre y la Audiencia Provincial de Madrid revoca la sentencia anterior. La sentencia que por su volumen, nada menos que 87 páginas, y por su singularidad concluye revocando la sentencia y desestimando íntegramente la demanda de AVITE por prescripción de los hechos.
Muchas personas se preguntarán si la historia comenzó en el laboratorio en 1953, cuando se sintetizó la molécula de la Talidomida, o tal vez si fue con el comienzo de su distribución en 1957; Si la historia debe comenzar en el momento en que se tomó el fármaco o si el punto de partida debe ser el nacimiento de ese bebé al que se le impusieron unos efectos secundarios de por vida. Aunque pueda parecer un detalle irrelevante, tasar el inicio de la historia es importante o parece ser que lo es para poder hacer justicia en España.
Ahora, queridos lectores, para despedirme os propongo un ejercicio de empatía, cerrad los ojos por un segundo e imaginad (aunque no nos acercaremos ni por asomo) lo que debió sentir cada una de las madres al nacimiento de su hijo al saber el efecto de la ingesta de ese fármaco, o intentad poneros en los zapatos de ese hijo, alguien a quien todavía ni la justicia ni la compañía ha dado una respuesta por esos efectos secundarios.
Termino el post pero tengo un montón de preguntas en el cajón, ¿han prescrito los efectos teratogénos de la Talidomida? ¿Con el paso del tiempo los efectos desaparecen? ¿Qué ocurre con la dignidad de las víctimas? Es deber de todos no mirar a otro lado, pues -como decía Montesquieu- “una injusticia hecha al individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad”.
Post de Cristina Gil.