Sellos de calidad informativa para combatir los bulos de los ‘influencers’ prescriptores
Su función sería señalar a los ciudadanos qué informaciones cuentan con un criterio de veracidad.
Las ‘fake news’ o noticias falsas relacionadas con la prescripción de medicamentos y otros productos del ámbito de la salud por parte de personas sin formación sanitaria alguna, han hecho saltar todas las alarmas. Tanto es así, que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de los riesgos derivados de la desinformación que generan.
Los farmacéuticos critican la moda actual de famosos que aconsejan en sus redes sociales qué medicamentos tomar sin criterio alguno.
En un contexto de digitalización e hiperconexión como el que vivimos en la actualidad, cualquier ciudadano puede convertirse en un altavoz y difusor de mensajes que, en la mayoría de las ocasiones, no han sido contrastados bajo principios de veracidad, como sucede con el fenómeno de los influencers. Y el ámbito sanitario no supone una excepción en este sentido. Estos son los motivos que han llevado a los médicos a exigir que se promueva la asignación y uso de sellos de calidad informativa para combatir los bulos o la publicidad encubierta.
Pero no solo los médicos han dado la voz de alarma: también el ámbito de la farmacia ha mostrado su malestar en este sentido. Voces como la del farmacéutico comunitario Guillermo Martín Melgar, autor de la novela gráfica ‘Esta farmacia es una cruz’, señalan que deberían ser las propias redes sociales las que dieran opción de denunciar este tipo de contenidos y eliminar esas publicaciones. Incluso apuntan a que el propio Ministerio de Sanidad tome cartas en el asunto: “no es ético ni responsable recomendar medicamentos a la población en general sin ningún criterio y, más aún, antibióticos, como se ha puesto de moda”, declara Martín Melgar. “Si yo, por ejemplo, subo un vídeo a las cuentas de mi farmacia promoviendo el consumo de antibióticos, me puede caer una multa de varios ceros… ¿Por qué una persona a la que siguen medio millón de personas puede hacerlo?”
Incluso desde el ámbito de la comunicación sanitaria agencias como COM Salud señalan que “la infoxicación y los bulos de salud son un grave problema por las consecuencias que tienen para los pacientes (…). La tecnología puede ayudar a propagar la desinformación o combatirla“, explica Carlos Mateos, vicepresidente de la Asociación de Investigadores en Salud (AIES) y coordinador de #SaludsinBulos. Precisamente, desde el Instituto #SaludsinBulos se ha elaborado un Decálogo de prácticas recomendadas para promover la información veraz con tecnología
Y es que el mercado del marketing por medio de “influencers” no para de crecer, con cifras que sitúan la inversión anual de las empresas en este tipo de anuncios entre los 500 millones y el billón de dólares. Se trata de una técnica por la que las marcas interactúan con figuras populares en las redes sociales como Instagram, Facebook, Youtube o Twitter para comentar, fotografiar o recomendar uno de sus productos.
El crecimiento exponencial de esta práctica ha venido aparejado con varios escándalos, como ocurrió a finales del pasado agosto tras darse a conocer las exigencias de la YouTuber y gurú de belleza Marlena Stell para incluir productos y marcas de belleza en sus vídeos. De acuerdo con las últimas noticias conocidas en este sentido, y corroboradas por distintas personas del sector, los influencers con más seguidores en EEUU pueden llegar a cobrar entre 20.000 y 60.000 dólares estadounidenses por vídeo o foto de recomendación, y hasta 85.000 por un post en el que descalifiquen un producto de la competencia.
Dichas conductas pueden tener responsabilidad legal, que habrá que estudiar en cada caso. Si quiere consultarnos, puede contactar con Eupharlaw a través del siguiente formulario.