Ponte en su piel: frente a la discriminación a las personas con VIH
21/06/2016
Entendemos la discriminación como toda acción u omisión realizada por personas, grupos o instituciones, en las que se da un trato diferente a una persona, grupo o institución en términos distintos a los que se proporcionan a sujetos similares, de los que se sigue un prejuicio o consecuencia negativa para el receptor de ese trato. Habitualmente, este trato se produce en atención a las cualidades personales del sujeto que es objeto del mismo, aunque también puede deberse a otros factores.
De hecho, la discriminación y la estigmatización también se han calificado como una forma de violencia pasiva que supone un ataque a la integridad de la persona, aunque pueda ser un ataque manifestado mediante el ostracismo. Las personas que discriminan a otras denotan menor respeto a sus derechos y, aunque existen innumerables causas de discriminación y frente a todas es necesario una reacción muy contundente, la discriminación por una enfermedad trasmisible es una de las que mayor apoyo requiere, pues el sujeto discriminado lo es doblemente: por su propia enfermedad y por el miedo al rechazo de la sociedad. Además, según información del Ministerio de Sanidad: en los casos de VIH, es frecuente que los enfermos se “autoestigmaticen” al interiorizar o anticipar las actitudes de la sociedad frente a su enfermedad, que les causa vergüenza o desprecio de ellos mismos.
Según informa la Coordinadora estatal de VIH y sida, CESIDA, en su web e informe ‘Discriminación por razón del VIH: Los casos de la Clínica Legal en 2015”, desarrollado por la Clínica Legal de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alcalá, un 60% de las consultas recibidas en las oficinas de CESIDA durante el pasado año 2015 estaban relacionadas con la discriminación por VIH.
Aunque la discriminación se manifiesta y proyecta en múltiples espacios (vida familiar, vida social, vida profesional,…), resulta especialmente alarmante el dato destacado del informe de CESIDA, que señala que dentro de la discriminación laboral que padecen los diagnosticados de VIH, uno de los sectores profesionales donde más discriminación sufren es en los empleos públicos, como en las Fuerzas de Seguridad del Estado, Bomberos y Personal Sanitario, alcanzando el 35,1% del total de los casos recibidos.
Miguel Ángel Ramiro Avilés, coordinador de la Clínica Legal de la Universidad de Alcalá, expone que “las consultas recibidas manifiestan la existencia de barreras institucionales y actitudinales frente a las personas con el VIH, pues se sigue considerando que son un ‘peligro social”. ¿Dónde quedan los principios del Derecho de la Salud y el respeto de todos los derechos de la personalidad y a todas las libertades individuales cuando se discrimina a personas con el virus de inmunodeficiencia humana? ¿Cuáles son los deberes de la Administración Pública para la correcta integración de estas personas y, especialmente, para que se respeten sus derechos laborales y el derecho fundamental a la igualdad de trato? ¿Es necesaria aún mayor información a la población sobre qué riesgos son reales y cuáles son imaginarios respecto de las personas con VIH?
Tal y como vemos en la información publicada sobre este estudio de discriminación social en web de CESIDA, su presidente Juan Ramón Barrios, afirma que “en el caso de las personas con el VIH el proceso de estigmatización supone que se les atribuye una supuesta peligrosidad porque el virus se puede transmitir, lo cual supone un perjuicio pues justifica la limitación de sus derechos”. Sin embargo, los avances médicos y farmacológicos han convertido al VIH en una enfermedad que, siempre que sea bien diagnosticada y correctamente tratada, puede considerarse crónica y que, altera muy poco la vida de los afectados, que simplemente deben estar concienciados con la seguridad, especialmente en relaciones íntimas, para evitar transmisiones y con el cumplimiento de los tratamientos que les hayan prescrito, igual que otros enfermos crónicos que, sin embargo, no sufren discriminación y estigmatización por razón de su enfermedad.
El análisis de la vulneración de los derechos de las personas afectadas y de la discriminación que padecen se ha llevado a cabo mediante un estudio de 93 casos remitidos al email de la Clínica Legal de la Coordinadora estatal de VIH y sida, CESIDA, durante el año 2015. En este punto, Miguel Ángel Ramiro Avilés señala que “de esta cifra es importante señalar que no todos los casos constituyen un supuesto de discriminación por razón de la enfermedad puesto que en varias ocasiones el usuario que remitió la consulta consideraba que estaba siendo discriminado por tener el VIH pero en realidad no se le había vulnerado su derecho a la igualdad sino que se trataba de la limitación de otros derechos (el 19% de los casos)”. Sin embargo, la discriminación era objetiva en el resto de los casos.

Campaña ‘Ponte en mi piel’
Esta discriminación tiene muchas caras que se reflejan en la violación de derechos relacionados con la protección de la salud, además de derechos fundamentales y laborales de las personas con VIH, por lo que se debe seguir profundizando en sus causas y crear políticas sanitarias que proporcionen información suficiente frente a la estigmatización de los afectados, eliminando prejuicios y tópicos que no son reales. Esto mejorará su relación con los demás en el ámbito laboral y social, y favorecerá que se respeten sus derechos. Esa es, en parte, la labor de la ONG IMAGINA MAS que trabaja por la igualdad y visibiliza distintas situaciones son objeto de discriminación, como ser portador del VIH.
Desde Eupharlaw os hacemos partícipes de la campaña “Ponte en mi piel” de IMAGINA MAS, que ha creado un VÍDEO para dar apoyo a las personas con VIH y animarlas a sonreír frente a la adversidad.
[:]