Los científicos denuncian la situación de la investigación en España
Tras los sanitarios, los científicos toman las redes para denunciar la situación de la investigación en España y pedir más fondos
Las Organizaciones Ciencia con Futuro, Scientist Dating Forum y otras 28 entidades enviaron el día 24 de junio al Congreso su manifiesto “Saliendo con ciencia de la covid-19”, que recoge sus reivindicaciones por una reactivación económica “donde la ciencia sea el motor de cambio” y subraya cómo durante la pandemia la sociedad ha comprobado y reconocido la importancia del conocimiento científico y sus desarrollos para el bienestar y la seguridad común.
Las exigencias del sector no son nuevas. La investigación lleva años reclamando una mayor atención en España, tanto en fondos directos como en plantilla, pero la crisis generada por la Covid ha evidenciado, más si cabe, sus carencias. Por ello, el pasado miércoles los investigadores tomaron las redes sociales y, bajo el hashtag #SinCienciaNoHayFuturo, unieron sus voces a las de numerosas plataformas, universidades, organizaciones y asociaciones científicas para hacer públicas las directrices que deben marcar la recuperación económica, a la espera de una respuesta institucional, como ya ocurrió con los sanitarios, que apuntale la I+D dentro de nuestras fronteras.
#SinCienciaNoHayFuturo
Esas directrices apuntan aspectos como la “protección, por ley, de los servicios públicos independientes como fuente esencial del Estado Social y de Derecho” para evitar el colapso del que hemos estado tan cerca y sus consiguientes consecuencias, o dotar a las administraciones públicas de “mecanismos de consejo y asesoría científica independientes y cualificados” que faciliten una toma de decisiones coherente.
También apunta el documento que el futuro social y económico debe pasar por las “actividades de mayor valor añadido, potenciando la formación, la investigación y la innovación como pilares productivos, públicos y privados, e incentivando todas las áreas del saber”, siendo preciso que tal enfoque se reconozca como política de Estado.
En este punto, es importante recordar que España destinó a I+D en 2018 una inversión, pública y privada, del 1,24% del PIB, situándose al mismo nivel que en 2007, según los últimos datos disponibles en el INE. Si se analiza el gasto de la Administración Pública en esta materia, se reduce al 0,21% del PIB. Mientras tanto, la media de inversión I+D de los países de la Unión Europea se encuentra en el 2,12%. España está lejos de esta media y en un lugar mucho más bajo si se compara con Suecia (3,31% de su PIB), Austria (3,17%) y Alemania (3,13), a la cabeza de gasto en I+D en Europa, según la última actualización de Eurostat.
Por este motivo, tampoco es de extrañar que las Organizaciones reclamen que se priorice la inversión pública “en aquellas acciones que fomenten una salida con ciencia de la crisis” y se establezcan estrategias que “identifiquen los verdaderos retos a los que nos enfrentamos como sociedad”. Tal y como señalan, la adopción de estas medidas no se entiende como un “lujo”, sino como la forma de proceder si se quiere garantizar “la protección y el beneficio de la ciudadanía a largo plazo, tanto en lo económico como en lo social”.
En último término, su llamamiento se hace extensivo también a la ciudadanía, a la que se invita a sumarse, tanto a nivel individual como a través de distintos tipos de asociaciones, para reclamar a los representantes políticos que otorguen a la ciencia, el método científico y la tecnología el valor que ahora, más que nunca, se ha demostrado que tienen para el bienestar y la salud de las personas.