Los atractivos de la Alimentación Km0
Desde hace algún tiempo muchos nos preguntamos qué es lo que comemos, cuál es su procedencia y cómo ha sido su producción. Los medios generales cada vez hablan más de alimentación y nutrición: ¿qué alimentos son más saludables para nuestro estilo de vida? ¿En la producción agraria ¿hay diferencias según su forma de cultivo? ¿Cómo influye nuestra alimentación en el impacto medioambiental?
La alimentación de Km0, relacionada a nivel internacional con el Slow Food, es una defensa del consumo de alimentos locales, favoreciendo la frescura de los mismos, la agricultura local y la seguridad alimentaria, además de reducir el impacto medioambiental evitando el transporte de largas distancias. De hecho, el término Slow Food se escucha por primera vez en el año 1989 en Italia, por la asociación eco-gastronómica que lleva este mismo nombre. Actualmente, esta asociación sin ánimo de lucro se encuentra representada en 122 países diferentes. Este movimiento ecológico, gastronómico y, por tanto, alimentario nace para promover una cultura culinaria basada en los alimentos de proximidad, de temporada y de comercio justo. De esta forma, todos los miembros trabajan para crear un modelo alternativo de producción y consumo de alimentos, y siempre colaboran de forma directa con los agricultores locales.
Pero, ¿por qué crece la preferencia por consumir alimentos de Km0 frente a la gran gama de otros alimentos disponibles en las grandes superficies? Nos hacemos eco del documento Local Food Systems; Concepts, Impacts, and Issues del USDA, traducido en Horticulturablog, para entender mejor los beneficios de este movimiento alimentario:
- Como los alimentos son más frescos cuando llegan al consumidor, la comida está siempre mucho más rica y, además, es más saludable. Al disminuir el tiempo de recogida entre alimentos y la llegada a los hogares, mantienen sus nutrientes y, si cumplen los requisitos de alimentos ecológicos, presentan una menor exposición a los conservantes, pesticidas, hormonas y antibióticos.
- El transporte internacional de productos provoca un impacto medioambiental importante y masivo en forma de contaminación, emisiones de gases de efecto invernadero directamente vinculadas al cambio climático, generación de residuos por la necesidad de un mayor embalaje, el desperdicio de alimentos y/o el movimiento de especies de otros lugares que se convierten en invasoras al llegar al nuevo territorio. Al minimizar las distancias, la huella ecológica en los productos de kilómetro cero es muchísimo menor. Por esta razón, el apoyo a la producción local supone defender la biodiversidad al procurar la supervivencia de las especies autóctonas, como nos explican en este artículo de Consumer.
- A nivel social, los alimentos de kilómetro cero fomentan la modernización de la industria agroalimentaria, lo que se traduce en mayor número de puestos de trabajo locales. Gracias a estas iniciativas, se promueve la actividad económica local y se reduce la despoblación de zonas rurales. Además, cada vez son más los adeptos a este tipo de movimientos alimentarios, por lo que su presencia en blogs, foros y otros medios especializados incrementa su uso entre los ciudadanos.
En el documento se citan muchos más motivos por los que la alimentación de Km0 es mucho más beneficiosa para nosotros como personas, nosotros como integrantes de una comunidad para nosotros en cuanto habitantes del mundo, y para el medioambiente, ya que apoya la biodiversidad, una producción más racional y sostenible.
En una entrada de 2013 del blog Nunca Comas Solo de José Miguel Herrero Velasco, Tendencias en la cadena alimentaria para 2013, apuntaba ya como tendencia que “los productos locales, los de la región, país, llegarán a la distribución organizada”. Además, las grandes superficies comerciales de alimentación incrementarán la presencia de productos locales, así, como defiende el Dr. Hendrik Schröder, Universidad de Duisburg-Essen, durante el forum de la revista Fruchthaendel, el espacio de venta de estos alimentos crecerá y, lo mismo ocurrirá con su promoción e identificación: “hay que mirar cómo era el comercio de principios del siglo pasado y vestirlo con las comodidades, la higiene y los productos de mejor calidad de hoy día”.
En España, al respecto contamos con algunas normas autonómicas, como el Decreto 24/2013, de 8 de enero, sobre la acreditación de la venta de proximidad de productos agroalimentarios en Cataluña , o la aragonesa, en preparación a la fecha de la publicación de este artículo. También recomendamos el documento sobre “Canales cortos de comercialización en el sector agroalimentario”, publicado por el MAPAMA.