Límites legales en la investigación con marihuana
¿Dónde se encuentra el límite entre la ciencia y la legalidad? ¿Podemos iniciar investigaciones científicas sin alterar la normativa legal de un país?
Actualmente vemos que la marihuana se está convirtiendo en una alternativa medicinal para enfermos crónicos y sus beneficios son notables entre personas que no responden bien a ciertos medicamentos. Tanto es así que países como Uruguay ya han legalizado esta planta ancestral para su consumo medicinal.
Sin embargo, recientemente se ha publicado en El Correo que en la Universidad de Florida, máxima institución educativa en materia de investigación sobre los beneficios del cannabis en EEUU, se ha visto obligada a detener toda investigación de laboratorio ya que según las leyes federales de Estados Unidos aún es ilegal.
Entonces, ¿qué papel juega aquí el derecho a la salud si las leyes impiden avanzar en la investigación en pro de las personas enfermas? ¿Cómo se puede ayudar a mejorar el estado de salud de las personas que necesitan el uso de esta planta para paliar sus dolores y malestares crónicos? La marihuana es legal con fines médicos en 13 estados de EEUU, siempre que el paciente llegue al punto de venta debidamente regulado con una recomendación médica escrita.
Esta planta puede ser recomendada para aliviar desde un dolor de cabeza agudo hasta los efectos secundarios de la quimioterapia, pero también para enfermedades como la anorexia, el glaucoma, la esclerosis múltiple, las convulsiones, la ansiedad, el insomnio, la depresión y algunos síntomas del VIH.
Tantos son los supuestos beneficios del cannabis que algunos últimos estudios demuestran que en forma comestible puede ayudar a niños con síntomas de autismo grave, aunque este informe aún parece ser bastante controvertido, además de que su calificación como estupefaciente impide su uso alimentario, pero nos preguntamos ¿debería permitirse como ingrediente alimentario un compuesto con cannabionides no psicotrópicos que, sin embargo, mantiene sus propiedades beneficiosas, como investiga la biotecnológica española Vivacell? Sin duda es una cuestión de actualidad, en la que también han de tenerse en cuenta la normativa sobre fármacos y los límites legales entre medicamentos y alimentos.
Se trata de aprovechar los beneficios de la cannabis sativa sin sus efectos secundarios y adictivos, ya que ayuda a aliviar dolores agudos y crónicos, a aumentar el apetito a personas con trastornos, procesos inflamatorios, etc.
Volviendo a la Universidad de Florida, consultaron a un bufete de abogados de Washington que aconsejó detener las investigaciones ya que podrían perder los fondos federales, tanto por el cultivo, posesión, manufactura o distribución de la marihuana en la universidad para las investigaciones abiertas. El pulso entre el derecho a la salud y la ciencia queda abierto.
El artículo publicado por El Correo explica que “pese al plebiscito previsto para las elecciones generales de noviembre en Florida sobre uso medicinal de la marihuana en el estado, las autoridades académicas han decidido no asumir riesgos que puedan poner en peligro las ayudas financieras federales.”
Sin embargo, ni el centro ni los investigadores desechan la posibilidad de continuar con sus investigaciones cuando las regulaciones federales se lo permitan.