La incertidumbre perdura en la industria farmacéutica tras el Brexit
06/09/2016
El pasado mes de junio los británicos votaron NO a su permanencia dentro de la Unión Europea. Fue una decisión muy ajustada en los resultados, un 51,9% de los ciudadanos votaron a favor del abandono de la UE, mientras que un 48,1% de los votantes fue partidario de permanecer en la Unión.
Desde que se hizo público el resultado de la votación, se han intentado analizar en muchas ocasiones, tanto por expertos británicos como por el resto de instituciones y expertos politólogos de los Estados miembros e incluso de otros Estados no pertenecientes a la UE, las posibles causas de esta importante decisión.
Algunos análisis sobre las causas del “Brexit” se relaciona con el incremento notable de inmigrantes llegados al Reino Unido desde los Estados miembros de la UE y también desde terceros países, que se ha visto acrecentado por la crisis de los refugiados sirios, a los que el Reino Unido, como el resto de países de la UE, debía acoger y proteger de las atrocidades de la guerra. Otros analistas consideran que el peso del voto favorable a la salida de la Unión Europea se debe a que el Reino Unido quiere ser totalmente independiente y mantener sus competencias nacionales, cuestión que es ciertamente difícil perteneciendo a la UE, pues los Estados miembros ceden parte de su soberanía en favor de las instituciones supranacionales que configuran los órganos de poder de la UE.
Sea cual sea la causa, lo más importante de esta decisión será, posiblemente, el gran impacto que supone la salida del Reino Unido de la UE a nivel económico y comercial, tanto para el propio Estado, como para sus hasta ahora socios europeos.
Existen muchas empresas que, después de los resultados del referéndum están planteándose trasladar sus sedes del Reino Unido, especialmente por el miedo a los posibles aranceles en el comercio con la UE. Por este motivo, hay entidades que podrían plantearse su traslado hacia otras ciudades de la Eurozona, pues la decisión del pueblo británico afectará directamente a las empresas y a la facilidad y efectividad de los negocios.
Además de los sectores económicos por antonomasia, el “Brexit” afectará a casi todos los aspectos de intercambio con la UE, como por ejemplo, sobre los intercambios universitarios de estudiantes, como es el caso del programa de becas Erasmus.
En relación con la Salud que es el principal sector de nuestro interés, existe bastante intriga al respecto de conocer las consecuencias del “Brexit” en el sector farmacéutico.
Según un estudio realizado por la empresa de comunicación y marketing relacionada con el ámbito de la salud, James Dudley Managment, la salida del Reino Unido se convierte en un problema para la distribución de medicamentos OTC (“Over The Counter”) o “sin receta”, en Europa.
Hasta ahora los medicamentos OTC, no sujetos a prescripción médica, no suponían demasiados problemas a la hora de su comercialización intracomunitaria. Sin embargo, tras el resultado del “Brexit” se pone en peligro a la industria farmacéutica, ya que el Reino Unido es una gran potencia farmacéutica mundial, especialmente en la fabricación y comercialización de medicamentos OTC. Tanto es así que el Reino Unido supone el 15 por ciento del valor total de los medicamentos sin prescripción facultativa, por detrás de países como Francia o Alemania. Algo que, de perder ventajas competitivas (como el comercio interior europeo), podría disminuir notablemente. Según declaraciones de James Dudley Managment, el Reino Unido representa un 88 por ciento del comercio minorista europeo de la WBA (Walgreens Boot Alliance), sobre todo a través de los establecimientos farmacéuticos Boots. Las empresas inglesas, como Celesio o WBA, son imprescindibles en el desarrollo de las cadenas farmacéuticas privadas de Europa.
Además, desde que se conoce el resultado del “Brexit”, el sector farmacéutico y los Estados miembros han mostrado su incertidumbre al respecto de la Sede de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que actualmente se encuentra en Londres, y que podría ser trasladada a otro estado miembro, existiendo ya propuestas como la de España, para acoger esa u otra de las sedes de instituciones y agencias europeas que, hasta ahora, se encontraban en suelo británico, o que se abogaba por que estarían, como el futuro Tribunal Unificado de Patentes.
En UK los debates en los medios son constantes respecto de los posibles “itinerarios” que seguiría su salida de la Unión Europea: desde un “Hard Brexit” sin contemplaciones con la población migrante ni con las obligaciones económicas con la UE, a un acuerdo como el Canadiense que favorezca especialmente al Reino Unido, pasando por modelos “off the shelf” ya existentes de relación cordial, como el Noruego o el Suizo, sin olvidar el muy improbable pero deseado por casi la mitad de su población, que sería el del “Overturning Brexit”. Obviamente la industria farmacéutica con sede en UK está actualmente estudiando con profundidad el impacto y las estrategias a seguir en función de los distintos posibles escenarios, pero la incertidumbre es aún mayúscula, y los vaticinios bastante negativos, como señala la revista Forbes.
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