El uso de aditivos alimentarios a debate
La vida sana está en auge. Son muchas las personas que han cambiado sus hábitos hacia un modelo más saludable y natural, que incluye entre otras cuestiones cocinar como lo hacían nuestras abuelas o leer con más detenimiento las etiquetas de los productos que ocupan los estantes del supermercado en busca de “real food” y evitando a toda costa los aditivos alimentarios.
La industria alimentaria sabedora de estos cambios, ha modificado la receta original de sus productos reduciendo las cantidades de sal, azúcar y grasas, añadiendo vitaminas, fibra y alimentos de moda o incluso recomendando la práctica de actividad física, además de anunciarse bajo los lemas “sin colorantes ni conservantes”, “100% natural” o “sin aditivos” prometiendo ser más saludables. Sin embargo, según palabras de Fernando Gomollón Bell, químico y comunicador científico “ningún estudio lo ha demostrado de forma concluyente, al contrario, en algunos casos la industria puede encontrar dificultades para sustituir ese ingrediente y el resultado es aún peor”.
Tenemos la percepción de que los aditivos son utilizados para abaratar el producto o hacerlo más apetecible, sin embargo estos componentes cumplen una función tecnológica indispensable en la cadena de producción para que el producto final reúna las mejores condiciones para el consumidor, a lo que hay que añadir que nunca hemos tenido un desarrollo de la tecnología de los alimentos tan espléndido y que además de los aditivos extraídos por síntesis química, también son utilizados otros de origen natural como el vinagre, el limón, el aceite o la sal.
Todos los aditivos son evaluados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y su uso está regulado mediante el Reglamento (CE) Nº 1333/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo, con sus correspondientes anexos, además de presentarse especificado en la etiqueta del producto conforme a la lista de aditivos de la UE aprobada por el Reglamento (CE) Nº 1129/2011.
Desde Eupharlaw animamos al consumidor a informarse en caso de duda. Gracias a los avances científicos tenemos acceso a una gama de alimentos más extensa, cuya seguridad alimentaria queda avalada por los minuciosos controles a los que son sometidos. Lo cual no está reñido con intentar conciliar nuestro ritmo de vida con la compra de alimentos frescos para cocinar, lo que supondrá reducir el consumo de productos ultraprocesados.
Y por parte de la industria, también se pueden buscar alternativas a los aditivos químicos, pero cuando sea necesario, porque en ocasiones lo mejor es enemigo de lo bueno. No dudes en consultarnos si necesitas asesoría sobre Derecho Alimentario.