Conferencia Inaugural del MDSD 2014/2015
Resumen de la conferencia, de Fernando Lamata, miembro del panel experto de la UE sobre maneras efectivas de invertir en salud, en la inauguración del
Máster en Derecho de la Salud CESIF-EUPHARLAW, Madrid 21/11/2014.
Dentro de los muchos e importantes temas que abarca este Máster he querido traer a su consideración una serie de cuestiones que afectan a la salud como derecho y a la atención sanitaria como servicio público.
DERECHO AL ACCESO A LOS MEDICAMENTOS
En el último año 840.000 personas tuvieron problemas para comprar los medicamentos que necesitaban.
Es una lacra para nuestra conciencia saber que hay a nuestro lado personas que no pueden pagar las medicinas, cuando la renta de este país, de más de 1 billón de euros, más de 20.000 euros por persona, permitiría financiar una sanidad completa y de calidad para todos, y sin re-pagos. Ese dinero que se quita a la sanidad, a la educación, a los servicios sociales, etc.; se lo llevan las personas de rentas más altas y las grandes corporaciones que no pagan impuestos, creando un boquete fiscal en España de más de 80.000 millones de euros cada año. El dinero para pagar esas medicinas (y mucho más) está, pero se lo quedan otros. Los más poderosos. Es una injusticia flagrante que no debemos permitir.
El artículo 15 del Pacto Internacional sobre derechos económicos, sociales y culturales de 1966, que desarrolla la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, establece “el derecho de todas las personas a disfrutar de los beneficios del progreso científico y sus aplicaciones”. Este derecho humano fundamental ¿cómo se aplica en relación con el acceso a los medicamentos? Se supone que los gobiernos deben adoptar legislaciones que garanticen eficazmente este derecho. En este sentido, en 2001, el Alto comisionado para los derechos humanos propuso que se aplicaran los estándares mínimos en lo referido a la protección de la propiedad intelectual (tiempo de protección de las patentes), entendiendo que la protección de los derechos humanos es la primera responsabilidad de los gobiernos.
Es legítimo que una compañía quiera obtener beneficios. Pero también es legítimo que los pacientes tengan acceso a los medicamentos. ¿Cómo armonizar los dos principios?
Nadie tiene la verdad absoluta. Se trata de encontrar un equilibrio justo entre diferentes necesidades e intereses.
BIEN PÚBLICO Y BIEN PRIVADO
Pero ¿por qué ha de ser pública la sanidad? Es decir, ¿por qué la tenemos que pagar entre todos en vez de que se la pague cada uno? ¿Por qué no pedimos que se paguen a través de un servicio público universal la comida o el piso, o la ropa?
Podemos elegir consumir o no cualquier otro bien, podemos elegirlo más caro o más barato, podemos predecir los gastos y el momento de gastarlos.
Pero en la atención sanitaria hay tres características distintas:
– No elijo el momento en que me voy a poner enfermo y necesitar tratamiento.
– No elijo la gama (y el coste) de servicios que necesitaré: medicina general, antibiótico, hospitalización, cirugía cardíaca, quimioterapia…
– Cuando estoy enfermo dejo de ingresar dinero para pagar los demás gastos (comida, vestido, etc.).
Asumir la sanidad como servicio público tiene otras ventajas para todos:
– Si toda la población se asegura (sanidad universal) hay más fondos para poder atender a quienes lo necesiten en el momento que lo precisen. Es más sostenible.
– La planificación y gestión de la sanidad abarata costes (30% menos), es más eficiente.
– La gestión pública facilita la continuidad de la atención, una atención más integral, menos fragmentada, más eficaz.
Los servicios sanitarios de titularidad y gestión privada trasladan el problema a la renta primaria y su distribución. A la asignación de los beneficios y la cuantía de los salarios. Para que todos tengan la misma capacidad adquisitiva… Si no es así, la distribución tiene que ser vía fiscal, donde paguen más proporcionalmente los que más tienen.
¿Por qué han de pagar los ricos por los pobres? ¿Los sanos por los enfermos? ¿Los que tienen empleo por los que no? ¿Los jóvenes por los jubilados? Es una cuestión de valores, de ideas, de opciones culturales, de políticas (de ideologías), en definitiva, de las mayorías sociales que en cada momento defiendan una posición.
¿POR QUÉ Y CÓMO, EVOLUCIONÓ LA SANIDAD PÚBLICA EN EUROPA Y EN ESPAÑA?
Desde antiguo la atención sanitaria individual, cuando te ponías enfermo, era un problema de cada uno. Los seguros sanitarios públicos surgen de forma más o menos progresiva a lo largo de la primera mitad del siglo XX y se generalizan en Europa después de la segunda guerra mundial hasta llegar a la sanidad universal en la mayoría de los países europeos y en algunos otros países. Hoy, en países con sanidad universal y de calidad adecuada, vive un 20% de la población mundial.
Los seguros sanitarios públicos surgen de forma más o menos progresiva a lo largo de la primera mitad del siglo XX y se generalizan en Europa después de la segunda guerra mundial hasta llegar a la sanidad universal en la mayoría de los países europeos y en algunos otros países. Hoy, en países con sanidad universal y de calidad adecuada, vive un 20% de la población mundial.
En España, como en otros países de la UE, el Gasto Sanitario Público en relación con el PIB fue creciendo progresivamente, con momentos de estancamiento o retroceso, pero con una tendencia ascendente. Se destinaba más dinero a sanidad pública en la medida en la que se resolvían otras necesidades, y respondiendo a las demandas sociales. Ese aumento de gasto permitió aumentar la cobertura y las prestaciones, así como su calidad.
¿Cuál sería la diferencia entre un seguro sanitario privado y uno público?
En el Seguro privado:
– comparto riesgos con los asegurados en esa compañía
– pago una cuota voluntaria
– recibo servicios “proporcionados” a la cuantía de la póliza que puedo permitirme pagar
En el Seguro público o en la Sanidad de financiación pública:
– comparto riesgos con toda la población del país
– pago una cuota obligatoria (los impuestos y cotizaciones, en función de mi renta, de forma progresiva, donde debe pagar más proporción el que más tiene o más gana)
– recibo todo tipo de servicios sanitarios en función de la necesidad
Las razones que han impulsado la creación de una sanidad universal de financiación pública son principalmente:
– Por previsión (nos puede pasar a todos)
– Por interés (favorece la cohesión y la estabilidad social, menos gasto en bajas laborales, mayor productividad, crecimiento económico, creatividad)
– Por justicia (por derecho, la plusvalía es fruto del trabajo, la riqueza nacional es de todos)
– Por humanidad (la salud es un derecho humano)
LA INTRODUCCIÓN DE UN DERECHO REQUIERE FUERZA, PRESIÓN SOCIAL.
Un derecho deja de ser derecho si no hay fuerza bastante para defenderlo. El recorrido por la crisis y el impacto de la crisis en la sanidad y en la salud debe tomar nota y resaltar un movimiento de resistencia impresionante que surgió en Madrid y en otras ciudades y regiones de España en defensa de la sanidad pública.
LA SANIDAD PÚBLICA REQUIERE LEYES FISCALES, FINANCIACIÓN. Una sanidad universal, con un catálogo de prestaciones completo y unos servicios de alta calidad y seguridad necesitan una financiación pública adecuada, necesitan el principio de “solidaridad”.
Es urgente que en los análisis sobre la sostenibilidad de la sanidad pública se incluyan indicadores sobre la progresividad fiscal, incluyendo estimaciones sobre el fraude fiscal, y fijando objetivos sobre cuál es el objetivo de redistribución fiscal razonable. Además, la política fiscal, base de la financiación de los servicios públicos, debe ser una política común a nivel europeo. Si no es así no habrá Europa Social, y sin Europa Social no habrá Unión Europea.
EL DERECHO A LA SALUD. EL DERECHO A LA ATENCIÓN SANITARIA PÚBLICA.
Se trata de que los gobiernos garanticen que desarrollarán planes y programas para ofrecer un abanico de servicios de salud, atención sanitaria, y programas para actuar sobre los determinantes de salud, que permitan a todas las personas alcanzar el grado más elevado de salud posible en ese lugar y en ese momento.
Los servicios sanitarios deberán ser: Suficientes (recursos y prestaciones), accesibles (geográfica y económica), aceptables (aspectos culturales) y de calidad.
LA CRISIS, RIESGO U OPORTUNIDAD.
La reducción del gasto sanitario como objetivo es un error. Lo mismo que lo sería el aumento por que sí.
SUFICIENCIA Y EFICIENCIA EN LA SANIDAD PÚBLICA.
La sanidad pública de cualquier país necesita suficiencia y necesita eficiencia.
Necesita, por una parte, que la sociedad asigne los recursos suficientes para poder ofrecer unos servicios de buena calidad, accesibles a toda la población. Y, por otra parte, necesita que cada euro destinado a sanidad sea utilizado de la mejor manera para obtener los mejores resultados en salud.
Es posible avanzar con el impulso de los diferentes protagonistas del sistema sanitario, mediante acuerdos y proyectos concretos, en los ámbitos autonómico, nacional y europeo. De esta forma la sanidad seguirá contribuyendo al mantenimiento, la recuperación y la mejora de la salud, así como al desarrollo económico, la creación de empleo, la cohesión de la sociedad y el progreso del país. La sanidad para todos es una buena inversión.
A FUTURO…
Se plantean muchas cuestiones. Por ejemplo:
– ¿Introducir el derecho a la atención sanitaria pública como derecho fundamental en la Constitución Española?
– ¿Introducir el derecho a la atención sanitaria pública en el Tratado de la Unión Europea?
– ¿Avanzar a un sistema fiscal europeo, de carácter progresivo?
– ¿Avanzar a un sistema sanitario europeo?
– ¿Más cooperación internacional? ¿Derecho de todos los habitantes del planeta a una sanidad completa y de calidad?
– ¿O retroceder en la dirección contraria?
El futuro lo escribirán ustedes. Está en sus manos y en la de sus colegas de Europa y del Mundo.
Ánimo y Suerte.