Condena a CatSalut y al Hospital Sant Joan de Déu
¿El Derecho de la Salud tiene precio? ¿Cómo se cuantifica el daño tras una operación mal ejecutada, o de una falta del seguimiento debido? Existe un proyecto de baremo específico para la indemnización por daños derivados de actividades en el ámbito sanitario, pero hasta su aprobación sigue siendo aplicable el baremo de daños causados en la circulación de vehículos a motor, cuyas cuantías de revisan periódicamente.
El Servei Catalá de la Salut y el Hospital Sant Joan de Déu han sido condenados a pagar 285.000 euros a un joven de 17 años que ingresó en el hospital a causa de una leve desviación en la columna y, tras la operación mal ejecutada, ha quedado con secuelas neurológicas graves y un 70% de discapacidad.
Basándose en dos informes periciales, el juez ha considerado que el joven de 17 años (en el momento de los hechos) no obtuvo la atención correspondiente ya que tras la operación no le visitó el neurólogo hasta cuatro días después. Por ello, no se detectó debidamente el hematoma subdural que tenía que haber sido intervenido de inmediato.
Según un artículo publicado por La Vanguardia, la ACN ha tenido acceso a la sentencia del juzgado contencioso-administrativo que se basa en el informe forense de un perito designado por el juzgado, dando la razón a la familia del joven. Este artículo informa: “Según estos dos médicos, el joven tenía una desviación de 17 grados en una vértebra lumbar y seguía un tratamiento conservador, lo que no le impedía hacer vida normal e incluso jugar a fútbol. En el Hospital Sant Joan de Déu le recomendaron operarse y así lo hizo el 14 de julio de 2009. La intervención parecía que había ido bien, pero el chico fue mantenido en pseudo-anestesia y medicado con calmantes y tranquilizantes como la morfina, ya que se quejaba de dolor. No lo visitó ningún médico en cuatro días y tenía parálisis en las piernas, pero nadie detectó que tenía un hematoma que le presionaba la médula espinal. No le practicaron ninguna prueba diagnóstica, ni TAC, resonancia magnética o radiografía. Sólo le subieron la dosis de calmantes.”
Tras estos cuatro días de espera se le detectó el hematoma y a la mañana siguiente fue operado con el objetivo de descomprimir la médula, aunque ya era demasiado tarde. Por esta negligencia médica, el joven del Baix de Llobregat tiene secuelas neurológicas irreversibles que le provocan una discapacidad física del 70%, y una gran depresión.
La familia del chico, a pesar del descarte por parte del Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas (ICAM) de que existiera negligencia médica, pidió una indemnización de 265.652 euros por las secuelas físicas y 40.000 euros por defectos en el documento de consentimiento informado de la operación. Sin embargo, el juez únicamente ha aceptado la petición por las secuelas y ha rebajado a la mitad la petición por defectos en el consentimiento informado, que no estima tan grave, en este caso.