Comunicación y Empatía. Hablamos con la radioncóloga Virginia Ruíz
02/07/2015 ¿A quién no le ha pasado? Que levante la mano el que no ha salido de una consulta pensando: ¿qué mosca le habrá picado? ¿Cuándo tendrá un día agradable? Lástima, me ha vuelto a tocar “el día borde”, el día “apático”, etc. En alguna ocasión a todos nos ha pasado esto; ese momento en el que el profesional podría hacer un ejercicio de empatía, ponerse en el lugar del otro y asumir que la forma en la que está diciendo las cosas también tiene sus efectos.
Ahora, por unos segundos, supongamos que no es una gripe, sino que es algo grave y que tenemos ese sentimiento de indefensión ante lo desconocido, y la persona que nos debería trasmitir seguridad nos parece hostil y que quiere despacharnos. ¿Cómo se sentirían?
Hoy quiero poner el foco en este tema, en la necesidad de una comunicación humana que muestre interés, cuidado y, sobre todo, respeto ante el diagnóstico que se está dando y la forma de asimilación del paciente y los familiares. Para hablar de esto he contactado con la Doctora Virginia Ruiz, médica especialista en Oncología Radioterápica desde 1995, que actualmente es Médico Adjunto del Servicio de Oncología Radioterápica en Burgos.
La labor de esta profesional me parece muy relevante y necesaria, porque dedica gran parte de su tiempo mejorar la comunicación médico-paciente. Uno de sus instrumentos de comunicación ha sido su blog Un rayo de esperanza, blog de una radioncóloga, en el que recoge experiencias, desmitificando su profesión, resolviendo dudas y dando apoyo y cariño a pacientes y familiares. Con él ha quedado finalista en la III Edición de los Premios Albert Jovell. En estos premios los pacientes oncológicos reconocen la excelencia en el ámbito oncológico.
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Quién ha tenido la suerte de trabajar en los inicios con la Dra. Ruiz, sabe que esa empatía es propia de quien, como ella, ama su profesión y la enfoca a la ayuda de quien acude en busca de ayuda, quien deposita la confianza en tí como profesional.
Muchas veces la medicina se pierde en los tecnicismos y olvida una parte importante de la misma: “tratamos con seres humanos”; con emociones, con angustia, con incertidumbre. No podemos olvidarnos de ellas, las emociones, la ansiedad, el miedo, no dejan de ser mecanismos bioquímicos que contribuyen negativamente al proceso de la enfermedad.
Los médicos debemos ayudar con la ciencia, pero no podemos olvidar que una mirada, un tono en nuestras palabras, un tacto oportuno, y tantas otras muestras de empatía… ayudarán mucho en la evolución del paciente.
El trabajo de la Dra. Ruiz es un buen ejemplo a tomar para que eso ocurra.
Felicidades Virginia.
Estimado Dr Molins. Muchas gracias por tus amables palabras. La Humanización de la Medicina en este siglo XXI debe ser una prioridad. Resulta paradójico que haya avances tecnológicos o de investigación tan importantes y nos hayamos “olvidado” de la parte humana del paciente en términos de formación, como si eso fuera una asignatura secundaria. Para ser un buen profesional y un profesional bueno cabe que ambas facetas vayan de la mano, porque si no es así seguiremos andando cojos. Un abrazo.