Carmen Montón traza las líneas maestras de la política farmacéutica del nuevo Gobierno
Por Francisco Rosa, periodista especializado en el sector farmacéutico
Desde que se conociera su designación como nueva ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, a principios del mes de junio, Carmen Montón no ha parado de lanzar mensajes para orientar sobre la política farmacéutica que querría aplicar en estos dos años que tiene por delante hasta el fin de la legislatura, si es que el nuevo Gobierno consigue mantenerse hasta entonces. Destaca, en ese sentido, el nombramiento de la nueva directora general, así como las continuas referencias a la reversión del copago. Además de esto, Montón ha avanzado las fórmulas que pretende utilizar para hacer accesible la innovación terapéutica, su posición con respecto a los productos homeopáticos, o sobre las compensaciones a afectados por Talidomida.
Como ya es sabido, la nueva directora general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia es Patricia Lacruz, que viene de acompañar a Montón en la Consellería de Sanidad de la Comunidad Valenciana, donde desempeñaba el cargo equivalente. Dentro de las medidas que ha impulsado Lacruz en Valencia, y que podrían trasladarse a la esfera estatal, están la adopción de un plan para impulsar la utilización de los medicamentos genéricos o la aplicación de ayudas a los nuevos copagos farmacéuticos aplicados con el RDL 16/2012.
Precisamente, la reversión del copago es, en materia de medicamentos, la primera medida anunciada por la nueva ministra. La última vez que se refirió a este tema fue durante su comparecencia en la Comisión de Sanidad, y allí anunció su intención de “eliminar el copago a pensionistas en situación de vulnerabilidad antes de que termine la legislatura”. La ministra ha justificado la apuesta por una reversión paulatina del copago con el hecho de contar con unos Presupuestos, los de 2018, ya aprobados, y que limitan el margen para asumir nuevos gastos.
En lo que respecta a la innovación terapéutica, Montón adelantó también de qué herramientas pretende servirse para que ésta no amenace la sostenibilidad del SNS. Como ya hiciera, junto a Lacruz, en la Comunidad Valenciana, aseguró que van a tratar de “impulsar la utilización de genéricos y biosimilares, y las compras centralizadas”.
También se refirió al actual sistema de fijación de precios y financiación de los nuevos medicamentos, donde, avanzó, intentarán aplicar “un modelo basado en el coste-valor”. En su opinión, es preciso “desarrollar un modelo para determinar el valor que aportan los nuevos medicamentos de forma individual y en comparación con otras alternativas”, fin al que, valoró, no están sirviendo por ahora los informes de posicionamiento terapéutico (IPT). De hecho, la ministra adelantó que tratarán de modificarlos para que “sean un documento de referencia valioso para la gestión” y evitar que las CCAA “revalúen los medicamentos, a nivel autonómico y a veces a nivel hospitalario”. Además de modificar los IPT, Montón aseguró que en su hoja de ruta también está “la evaluación de resultados en la práctica clínica de medicamentos de alto impacto para poder reposicionarlos”.
Cómo hacer frente a los medicamentos de alto impacto
La nueva titular de Sanidad tuvo una mención especial para los medicamentos huérfanos, así como para las terapias dirigidas, celulares y génicas. En este sentido, el objetivo es desarrollar un modelo que permita “identificar la innovación precozmente y tratar de disminuir la incertidumbre”. Para ello, apostó por “desarrollar un modelo colaborativo con el sector privado (todo parece indicar que se refería al establecimiento de acuerdos de riesgo compartido) y promover la investigación pública”.
Al parecer, todas estas medidas se quieren consensuar con las CCAA, con las que la ministra pretende “diseñar una Estrategia de Innovación, para que la innovación disruptiva, que ahora amenaza la sostenibilidad, opere de forma virtuosa y sirva de motor para esa sostenibilidad”.
Montón también se comprometió a instar, en el seno de la UE, a la modificación de la Directiva 2001/83, “para que se deje de considerar a los productos homeopáticos como medicamentos”. Finalmente, en lo que respecta a los afectados por talidomida, habló de una reunión con AVITE de la que podría salir una proposición de ley que sirva para atender las reclamaciones de este colectivo.