ASEPAL advierte que las mascarillas artesanales son inadecuadas para uso profesional
La Asociación valora y agradece la solidaridad, pero explica que la fabricación doméstica de mascarillas puede generar una falsa sensación de protección.
- Los EPIs que utilizan los profesionales deben ser seguros y cumplir con los requisitos esenciales de la legislación vigente.
- Para población general, en el contexto actual, las medidas realmente efectivas son las de confinamiento, distancia de seguridad si es imprescindible salir, y lavado de manos suficiente.
La Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (ASEPAL) ha emitido un comunicado de prensa con el fin de llamar la atención sobre los riesgos que conlleva la fabricación de mascarillas de manera artesanal, ya sea en domicilios particulares, en talleres de confección o similares, desde que nuestro país sufre la pandemia generada por el COVID-19 y ante la desbordante demanda de equipos de protección individual, EPI y mascarillas, principalmente.
Aunque la Asociación valora la abrumadora calidad humana de estas iniciativas particulares y solidarias, también ha querido incidir en que “una mascarilla, ya sea como dispositivo médico o EPI, es una barrera de protección compleja que cumple unos requisitos esenciales que son fundamentales para que la protección ofrecida sea realmente efectiva”. Estos requisitos, tal y como se recoge en el Reglamento (UE) 2016/425 para los EPI y/o Directiva 93/42/CEE, Reglamento (UE) 2017/745 para los dispositivos médicos, deben cumplirse siempre y en todo momento, ya que, de no ser así, los equipos facilitados realmente no estarían ofreciendo la protección adecuada.
“Las mascarillas producidas de manera artesanal están utilizando materiales que no han pasado los correspondientes procedimientos de aseguramiento de la conformidad y en muchos casos, vemos que dichos materiales no pasarían los estándares correspondientes”.
Por lo tanto, ASEPAL concluye que este tipo de mascarillas no se deberían facilitar a los profesionales en ningún caso, pero especialmente a los de la salud, ni tampoco a los consumidores como medida de protección, pues pueden crear una falsa sensación de protección.
Insiste la Asociación en que para el desempeño profesional de quiénes no pueden cumplir las medidas generales “es fundamental que las mascarillas que se facilitan sean seguras, y esto implica que el fabricante se asegure de que cumplen con los requisitos esenciales de la legislación aplicable”. Los problemas se generan por la escasez mundial.
Por otro lado, se reconoce que hay industrias que están adaptando sus procesos productivos para la fabricación de equipos de protección. En este sentido, los representantes de los empresarios del sector señalan que resulta imprescindible que las mismas sigan las normas técnicas y sus especificaciones, así como que lleven a cabo el proceso correspondiente con los organismos notificados para verificar que la protección ofrecida es eficaz frente a este riesgo.
Además, también llama la atención sobre los procesos de lavado y reutilización de este tipo de mascarillas, que también parecen estar proliferando. “La contaminación cruzada que se puede producir en este proceso puede contribuir a la propagación del virus en lugar de eliminarlo en el proceso de limpieza. Además, cualquier procedimiento de limpieza o reutilización debe estar autorizado expresamente por el fabricante del producto, ya que una limpieza no autorizada, puede tener efectos graves sobre las prestaciones de protección del producto; del mismo modo, una reutilización más allá de la vida del producto prevista por el fabricante no ofrece ningún tipo de seguridad acerca se si el producto seguirá siendo seguro o no”.
Por todo lo expuesto, ASEPAL realiza un llamamiento a las autoridades para que comuniquen de forma efectiva que “este tipo de mascarillas no ofrecen la protección adecuada a los trabajadores y que, en el que caso de que se estén utilizando, sean reemplazadas lo más rápido posible por los equipos de protección correspondientes”.
La Asociación se muestra consciente de la alta demanda actual de los conocidos como EPIs y de las medidas desesperadas que algunos profesionales de la salud están llevando a cabo para protegerse, pero también señala la necesidad de que esas medidas sean seguras para evitar que se produzca el efecto contrario al deseado.
En último término, ASEPAL ha querido reconocer el ingente esfuerzo que están realizando las empresas fabricantes/importadores y distribuidores de equipos de protección individual ante la actual situación y también alertar de la aparición de certificados y documentación dudosos por parte de agentes económicos que tratan de aprovecharse de la situación de una manera oportunista. Por tanto, ofrecen su colaboración como expertos en EPI y poniéndose a disposición de las Administraciones para asesorar sobre los EPI más adecuados y de acuerdo con la normativa vigente.