Alimentación para diabéticos
La alimentación es la base de lo que somos y resulta fundamental para encontrar nuestro propio bienestar. Si además nos acompaña la diabetes, es importante saber qué comer, cuánto y cuándo hacerlo para encontrarnos bien.
Si sabemos lo que comemos y llevamos una dieta rica en alimentos saludables, podemos sentirnos mejor y reducir el riesgo de padecer enfermedades del corazón, derrames cerebrales y otros problemas que acompañan a la diabetes. Por ello, se debe conseguir el equilibrio de los niveles de azúcar en la sangre comiendo de una forma sana todos los días, haciendo ejercicio y otras actividades físicas un mínimo de treinta minutos al día (un paseo por el parque, sustituir el ascensor por las escaleras, andar en bici, patinar con los niños…) y tomar las medicinas puntualmente, sólo en caso de ser necesarias y correctamente recetadas.
La prevención de posibles enfermedades derivadas de la diabetes es importante y ello se consigue manteniendo los niveles saludables de azúcar. Siempre bajo la recomendación médica, la pirámide alimentaria ayuda a elegir alimentos sanos para comer y mejorar nuestra calidad de vida. Por ejemplo, los alimentos en los grupos de las féculas (pan, pasta, alimentos que contengan maíz, patatas, arroz, cereales, alubias, lentejas…), frutas, vegetales y leche cuentan con un contenido más alto en carbohidratos y, por lo tanto, son los que más afectan al nivel de azúcar en sangre.
Los vegetales aportan a nuestro cuerpo las vitaminas, los minerales y la fibra que necesitamos, y tienen un bajo contenido de carbohidratos. Algunos ejemplos de este grupo alimentario serían: lechuga, brócoli, zanahoria, apio, espinaca, tomates, pimientos. La mejor manera de comer estos vegetales es crudos o cocinados al vapor o al horno, sin acompañar por salsas. Agregar limón, ajo o cebolla picadita es una buena forma de comer algunos de estos vegetales, o todos. También se pueden sazonar con hierbas u otras especias.
Los médicos del centro sanitario son los que mejor pueden aconsejarnos en nuestra dieta y, sobre todo, informarnos sobre las cantidades recomendadas para cada persona.